lunes, 20 de octubre de 2014

INTOLERANCIA

Te amé una vez, 
pero me harté 
de estar encadenada 
a un hombre.

Me alejé una noche a escondidas, 
para que no pudieras convencerme,
para que no intentaras retenerme.

Te amé mientras estuvo prohibido
nuestro amor, después no me interesó.

Volví a las calles 
y me entregué al primero 
que me ofreciera compañía.

No tengo remedio, lo sé. 
Si me hubieras abandonado 
yo estaría llorando 
tu pérdida, pero tú me querías 
para ti y yo no pude tolerarlo.

Tuve que marcharme y dejé
abierta la ventana 
para que me vieras huir esa noche,
corriendo bajo la indiscreta 
luz de las farolas, desnuda.

No traje ninguno de tus regalos,
no quiero que me recuerden a ti.
Irel Faustina Bermejo.

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