Desde la más remota antigüedad se han reportado testimonios sobre las
propiedades terapéuticas del Aloe Vera. Citado y reconocido su uso por Dioscórides,
médico griego del s. I, hallamos referencias sobre su utilización por parte de numerosas
civilizaciones orientales y occidentales en el largo devenir de la historia, hasta nuestros
días. Pero es en el curso del presente siglo cuando el desarrollo de métodos analíticos
cuali-cuantitativos han permitido conocer con criterios científicos, la extremadamente
heterogénea composición química de las hojas de las diferentes variedades de Aloe. La
que resulta de mayor interés por sus propiedades terapéuticas es el Aloe Vera
Barbadensis Miller, en cuyas hojas encontramos una amplia variedad de compuestos de
reconocida acción farmacológica.
La Aloína, presente en la corteza, de acción laxante, fue la primera sustancia
hallada a la que se le atribuyeron las cualidades medicinales de la planta. Posteriormente
se identificaron otras Antraquinonas como la Barbaloina-Isobarbaloina, Antranoles y
Ácido Aloético, que poseen amplio espectro de actividades que incluyen propiedades
antibióticas, bactericidas, antivirales y analgésicas.
La Lignina, muy abundante en las células parenquimatosas de la pulpa de Aloe, penetra
con gran facilidad en los tejidos epiteliales, llevando con ella a otros elementos tales
como las Saponinas (glucósidos de acción limpiadora y antisépticas), el Ácido
Crisofánico, derivado de la Emodina, utilizado con éxito en tratamientos de brotes
psoriásicos y de ciertas micosis cutáneas. El Ácido Cinámico, con sus propiedades
funguicidas y detergentes y sus ésteres, que tienen la capacidad de desnaturalizar y
disgregar tejidos necrosados, además de sus cualidades analgésicas.
También es digna de mención la presencia de Resinotanoles (alcoholes
derivados del Ácido Cinámico) de reconocidas propiedades bactericidas. Los estudios
analíticos han revelado la presencia de vitaminas tales como Betacaroteno, complejo
vitamínico B (B1, B2, B6 y B12), vitaminas C y E y factores de maduración celular,
tales como Ácido Fólico y Colina. Se comprobó asimismo la presencia de polisacáridos
glucomanánicos en concentraciones importantes, Esteroles (Sitosterol), Aminoácidos
esenciales como Metionina, Valina, Leucina, Isoleucina, Felalanina, etc. Y
Aminoácidos secundarios, como Ácido Aspártico, Ácido Glutámico, Hidroxiprolina,
Arginina, etc. Importantes en síntesis de proteínas, construcción y regeneración de
tegidos, síntesis de neurotrasmisores como la Serotonina a partir de Triptofano y la
hormona Melatonina, inductora del sueño y poderoso Antioxidante.
Es notable la actividad enzimática detectada analíticamente y expresada a través de las
enzimas Oxidasa, Catalasa, Amilasa, Alianza, etc. entre otras. Se destaca la presencia de
minerales tales como Sodio, Potasio, Calcio, Magnesio, Hierro y oligoelementos como
Manganeso, Zinc y Cromo que participan en importantes procesos metabólicos
celulares, interactuando con determinadas enzimas, coenzimas y vitaminas y que
cumplen una función vital en la protección contra gran número de enfermedades.
De tan compleja y heterogénea composición química, surgen acciones
farmacológicas ampliamente comfirmadas por la medicina contemporánea, tales como:
- su acción antiinflamatoria y analgésica
- su acción bacteriostática y bactericida
- su acción antioxidante, etc.
Numerosos testimonios, trabajos científicos y seguimientos clínico-terapéuticas,
avalan la comprobación de los notables efectos benéficos que ejerce la ingesta diaria de
jugo de Aloe Vera estabilizado en pacientes portadores de diferentes patologías.
Así, por ejemplo, en úlceras gástricas (con notable apreciación en muchos casos de
cicatrización y regeneración tisular), en el estreñimiento crónico (con regulación del
tránsito intestinal), en colitis ulcerosa (enfermedad de Crhn), en colagenopatías (artritis
reumatoidea, Lupus eritematoso, etc.) y en enfermedades infecciosas como la
Tuberculosis y la Meningitis Las dosis recomendadadas por diferentes especialistas
naturópatas varían de 2 a 4 tomas diarias de 15-20 ml. cada una.
En el año 1985 el Dr. Mc Analley, investigador en los Laboratorios Carrington
(USA), logró identificar y aislar de la pulpa de Aloe Vera un polisacárido mucilaginoso
B (1-4) acetilado de cadena larga (Polimanano) al que se le dio el nombre de
Acemanano. Estudiadas sus propiedades farmacológicas se demostró que posee una
notable actividad inmuno-estimulante, lo que pareció configurarla como el ingrediente
activo más importante del Aloe Vera, habiéndosele adjudicado importantes propiedades
terapéuticas, tales como aceleración de la cicatrización de heridas, inhibición de la
proliferación celular de carácter autónomo (acción antitumoral y anticancerosa), acción
inhibidora de los radicales libres (acción antioxidante), acción antiviral (frente a una
gran variedad de virus tales como herpes simple, Newcastle, sarampión, rinotraqueítis y
HIV).
El mecanismo biológico de estas actividades es aún poco conocido, pero por su
amplia diversidad de efectos se cree que ellas pueden ser ejercidas a través de células
efectoras pluripotentes, tales como los macrófagos, con la consiguiente liberación de
Prostaglandinas, Interleukinas, Interferones y de factor de necrosis tumoral Alfa (TNFAlfa).
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El jugo de Aloe Vera Barbadensis Miller se obtiene de las hojas cosechadas de
plantas maduras (3-4 años de edad), convenientemente lavadas para eliminar
partículas contaminantes y posteriormente sometidas a un proceso que incluye varias
etapas: separación de la cutícula (decorticación o eliminación de la piel-corteza de las
hojas) para eliminar la Aloína (sustancia de acción laxante e irritante intestinal),
homogenización de la pulpa, filtraciones por diferentes procedimientos para eliminar
residuos sólidos y posterior estabilización del Jugo obtenido para evitar la oxidación
de sus principios activos.
De los numerosos métodos utilizados para estabilizar el Jugo de Aloe Vera, destacan
la exposición a radiación UV, la pasteurización, la deshidratación del gel en caliente,
etc. que no garantizan la conservación de las propiedades naturales del Jugo así
tratado, pues las vitaminas, enzimas y otros componentes esenciales del mismo se
destruyen por acción del calor.
El procedimiento de conservación y estabilización más eficaz, es el que consiste
en estabilizarlo en frío en presencia de Vitamina C (Ac. Ascórbico) y Vitamina E
(Tocoferoles), ambas Antioxidantes Naturales, que permiten conservar en su totalidad
las propiedades farmacológicas y terapéuticas del Aloe Vera.
Hemos señalado en el Boletín Científico nº 1, la compleja composición química
del Jugo de Aloe Vera que incluía componentes tales como las Antraquinonas, las
Saponinas, el Ácido Crisofánico, el Ácido Cinámico y sus ésteres de propiedades
bactericidas, bacteriostáticas y antibióticas; antisépticas y depurativas; antimicóticas y
antipsoriásicas; y funguicidas al mismo tiempo que removedoras de tejidos
necrosados, respectivamente.
Es notable la presencia de Enzimas, sustancias de naturaleza proteica que
facilitan las transformaciones metabólicas y que participan en todos los procesos
fisiológicos de nuestro organismo: digestión, contracción muscular, respiración,
transmisión del impulso nervioso, neutralización de Radicales Libres, etc. Entre ellas
destacan la Bradiquinasa, Catalasa, Lipasa, Nucleotidasa, Amilasa, Proteasas, etc.
El Jugo de Aloe Vera posee excelentes propiedades Antiulcerosas y Regeneradoras
Tisulares, derivadas de la acción que ejercen sinérgicamente (asociadas) la Lignina,
los compuestos orgánicos de estructura molecular diferente y los Polisacáridos
Farmacológicamente Activos.
La rápida cicatrización de mucosas, epitelios y endotelios ha extendido su utilización
al tratamiento de úlceras gástricas y gastroduodenales, hernias de hiato y otras
patologías asociadas.
En cuanto a su uso externo, la aplicación tópica del Jugo de Aloe Vera en forma de
compresas frías o bien mediante utilización del Gel de Aloe Vera 95%, acelera la
cicatrización de úlceras de decúbito y escaras.
No menos importante es la acción del Jugo de Aloe Vera, del Gel de Aloe Vera 95% y
de otros productos elaborados a partir del mismo, en la prevención y tratamiento del
envejecimiento cutáneo;
- por la acción protectora que ejercen sus componentes sobre la piel
expuesta a la radiación solar, frente a los rayos UV y actínicos
- por su acción inhibidora de las enzimas degradantes del Colágeno
- estimulando el recambio celular y la síntesis de Colágeno por células
llamadas Fibroplastos.
Dr. Ricardo Gampel
Farmacólogo y Bioquímico
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